Momento ducha: ¿Cuál es la mejor rutina de higiene corporal?
A la hora de establecer nuestra higiene diaria no podemos olvidarnos del planteamiento de una rutina de aseo e higiene personal que se adapte a nuestro ritmo de vida.
Para mantener la piel cuidada debemos seguir unas pautas tanto en el número de duchas diarias como en su duración, así como en la temperatura del agua. Según los expertos, lo ideal son duchas de 5-10 minutos, con agua tibia o fría para no provocar irritación en nuestra piel.
También es importante la forma en la que nos duchemos, lo recomendable es seguir siempre una rutina que pase por todas las partes del cuerpo para no olvidar zonas poco accesibles como la espalda o los pies.
Asimismo, al tratarse los pies de un área sensible a infecciones, no solo es importante acordarse de su limpieza en la ducha sino también de un posterior secado exhaustivo, evitando los rastros de humedad.
Hay que tratar la piel con cuidado, tanto al enjabonar como al aclarar. Debemos ser cuidadosos, la limpieza debe ser suave evitando presionar o rascar la piel para favorecer una buena circulación sin causar fricción.
El toque final: una hidratación diaria del cuerpo utilizando cremas que nutran la piel y mantengan su estado de salud ideal, manteniendo además un aspecto joven
¿Ducharse por la mañana o por la noche?
Beneficios de ducharse por la mañana
Ducharse por la mañana es la mejor forma de activar tu cuerpo. Hay personas que sufren para despertarse, por lo que es una buena forma de arrancar el día y quitarse de encima los últimos rastros del sueño.
Una ducha mañanera también estimula nuestra mente, ya que vamos a favorecer la circulación de la sangre y, por lo tanto, una mayor oxigenación para nuestra mente.
Por último, otro de los grandes tips de las duchas mañaneras es tratar de acabar la ducha con agua templada o fría, para ayudar a despertar los músculos y mejorar la circulación. Empezar el día con una rutina de aseo que combine ducha e hidratación posterior no solo nos ayudará a empezar el día con energía sino también a mantener la piel hidratada durante toda la jornada
Beneficios de ducharse por la noche
Dentro de una rutina diaria, es la mejor forma de indicarle a tu cuerpo que es la hora de acostarse. Relajarse con agua después de una larga actividad en el día nos ayuda a reposar los músculos y a liberar tensiones.
Además de ayudarnos a dormir, una ducha por la noche tiene grandes beneficios para la hidratación de la piel. Sobre todo si combinamos la ducha con la posterior aplicación de cremas hidratantes conseguiremos nutrir nuestra piel en profundidad y repararla calmando posibles problemas cutáneos como rojeces o picores.
Por supuesto, la sensación de limpieza y frescura antes de ir a la cama nos ayudará a sentirnos bien.
en Viajes